viernes, 25 de marzo de 2011

LA LLUVIA NOS DETIENE DE ROY DÁVATOC


“LA LLUVIA NOS DETIENE DE ROY DÁVATOC”


Por: Miguel Ildefonso

“Entonces comprendo que / bajo la lluvia todos morimos un poco”, nos dice el poeta, y es por ese estremecimiento en lo cotidiano, como en el poema de Vallejo cuando una palmada nos llama por sobre el hombro, que nos detenemos ante esa lluvia que, sin piedad, nos arrebata el alma. De esos trágicos arrebatos del amor o de la muerte tratan estos poemas que reúne Roy con una excelente lírica hecha de objetos familiares, una poética no del extrañamiento de una realidad urbana, sino del asombro ante lo cercano que puede estar lo utópico. Ausencia y presencia del ser (“la palabra es la casa del ser”, decía Heidegger), por tanto, es lo que nos trasmite este mágico juego de palabras que es la poesía, dado que el sueño de los poetas siempre ha sido el plasmar la realidad (Conocimiento), la descarnada, y, a su vez, indagar por sus distintos caminos. “Porque partir es tener la impresión/ de volver al mismo sitio”, dice quien se inmersa dentro de sí para hallar no solo certezas, también nuevas preguntas, nuevas búsquedas. En la Poética, Aristóteles dice "La poesía es más filosófica y noble que la historia, pues la poesía dice más bien las cosas generales y la historia las particulares”. Es lo que nos dice el poeta cuando levanta su mirada otra vez ante esa incesante lluvia: “El cielo resopla gatea / nos deja caer la existencia/ busca siempre la altura/ como la sangre/ y la espiga”. La lluvia, en la poesía de Roy, nos revela una verdad superior, la que nos habla de una existencia más plena: “Alguien duerme envuelto por las calles:/ imagínalo soñando/ con el olvido.” El poemario que nos convoca ahora, es la invitación a un viaje interior, “fuimos dos balsas abandonadas/ dos olas reventando en la costera”, una incitación a retomar los remos para emprender un nuevo viaje hacia la utopía de la belleza, en donde palabras como amor y muerte pierden su impureza y su historia, y se convierten en una noble esperanza. Aquí tres poemas:


NEGACIONES

Nunca he recibido una carta de amor,
completado un crucigrama, o hecho aros
con el humo del cigarro

nunca he comprendido cuestiones de óptica
ni de repostería o de navegación

Pero me imagino que hay un punto en que el agua pierde
su consistencia antinatural y se vuelve torrente
en el espacio negro

quiero decir:

Podría tomarme un café ahora mismo
y morir moderadamente



REFLEJO

Escribí un poema acerca de un hombre
y acerca de cómo un derrumbe
lo arrastraba hasta el lecho de un río

ya me había olvidado de él por completo
hasta que

un día lo encontré sentado a la mesa del comedor
poco a poco fue adueñándose de mis cosas
usaba mis camisas y mis pantalones
incluso mis zapatos
que rellenaba con algodón para calzarlos

a veces se ponía mi sombrero y hacia gestos
mientras yo desayunaba
encerraba con un marcador negro los anuncios de propiedades
en el periódico
y como él yo no dormía

A veces lo extraño,
cuando veo los periódicos apilados
o los zapatos rellenos de algodón
y cuento las horas por si vuelve
o por si yo también me marcho



LA LLUVIA NOS DETIENE

Yo creo que nunca me asombré
a causa del paisaje
las nubes de azufre
las barrancas
los troncos sugerentes
congelados en algún dolor deformante
o el agua

no han sido para mí
más que mis manos o los nudos de mis
rodillas

a veces uno quisiera parar
como si se tratase de un sueño
ver qué demonios ocurre
de qué se trata

tomarte un respiro para intentarlo

a veces parece ser demasiado tarde
que todo está perdido

y a veces es así

pero trata de no pensar en eso
solo cierra los ojos
escucha la lluvia
Fuente:

http://nidodepalabras.blogspot.com/

“Los inocentes”, 50 años


A cincuenta años de la publicación de “Los inocentes”, el escritor Oswaldo Reynoso será homenajeado con una muestra que rinde tributo a uno de los artistas de la palabra escrita más interesantes de habla hispana.



Cumple también 80 años de edad en este 2011. Así que el motivo de celebración es doble.

“El tesoro de la juventud. La Ficción y el deseo en ‘Los inocentes’ de Oswaldo Reynoso” es la exposición-homenaje que se inaugurará el primero de abril en el Centro Cultural de España, bajo la curaduría del periodista Enrique Planas: “En ‘Los inocentes’ (1961), Reynoso incorporó por primera vez en la Literatura peruana el habla popular de los jóvenes de la gran ciudad. Según José María Arguedas, con este libro Reynoso ‘creó un estilo literario nuevo: la jerga popular y la alta poesía reforzándose, iluminándose’. Ese estilo, unido a la temática adolescente y la descripción realista de la vida de los sectores urbanos más pobres, se convirtió en elemento esencial de LA PRIMERA etapa de su obra”.

Marco Martos, en un artículo sobre Reynoso, recuerda que el autor se inició como poeta con el libro “Luzbel” (1955); sin embargo, conoció el éxito gracias a la prosa de ficción, como su libro de cuentos “Los inocentes”, y novelas como “En octubre no hay milagros” (1965) y “Los eunucos inmortales” (1995).

En la exposición a inaugurarse en abril, diversos artistas presentan sus obras que evocan al escritor. Entre ellos tenemos: los españoles Carmela García (fotografía) y Fernando Vicente (ilustrador de “Babelia”, diario “El País”); los peruanos Jesús Ruiz Durand, Miguel Aguirre,Christian Bendayán, Haroldo Higa, Diego Lama, Jaime Higa, Piero Quijano, Sheila Alvarado, Colectivo Supay Fotos, Cherman, y Germán Ballesteros, además del caricaturista argentino Rep (diario Página 12).

La muestra se inaugurará el primero de abril en el Centro Cultural de España: Natalio Sánchez 181, Santa Beatriz, e incluirá un ciclo de conferencias alrededor de la obra de Oswaldo Reynoso.


LANZAMIENTO DEL POEMARIO “DETRÁS DE LAS VENTANAS” DEL POETA PERUANO PAOLO ASTORGA (VÍA TORO DE TRAPO EDITORES)


LANZAMIENTO DEL POEMARIO “DETRÁS DE LAS VENTANAS” DEL POETA PERUANO PAOLO ASTORGA (VÍA TORO DE TRAPO EDITORES).


Siguiendo con la serie de colección “Black Cristal” Toro de trapo editores anuncia el lanzamiento del poemario "Detrás de las ventanas" del joven poeta peruano Paolo Astorga. Desde aquí saludamos la aparición de esta nueva entrega y el esfuerzo sobrehumano de Roy Dávatoc (editor de Toro de trapo) por creer aún en la poesía. (C.P.Q).

DATOS BIO-BLIOGRÁFICOS:

Paolo Astorga (Lima-Perú, 1987) Es estudiante de Educación en la especialidad de Literatura y Lengua Española de la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle – “La Cantuta”. Es miembro fundador del grupo literario cantuteño “Letra en Llamas”. Fue director y editor de la revista digital de creación literaria Remolinos (44 números publicados). Ha publicado los libros de poesía: Anatomía de un vacío, Sin llegar a lo invisible y De Lima a Chosica, así como innumerables plaquetas. Ha sido publicado en las antologías: Reflejos del Alma (Lima-Perú, 2005), Poetas Solidarios (Almería - España, 2007) y en Perú S. XXI. 60 poetas contemporáneos (Fundación Yacana, Lima-Perú, 2007).


Para saber más del autor escribir a: contacto@torodetrapo.com

Puede Adquirir el libro accediendo a la siguiente dirección:
http://www.torodetrapo.com/


Aquí tres poemas:


PRIMER ENCUENTRO


Nocturnas garzas sacuden sus plumas,
inmoladas de crepúsculos nos avientan al mar
y un extraño ser diluye sus sentidos en la luna
y vuelan las piernas de la noche que gime el viento helado de perros
y vuelvo a desafiar la atragantada soledad de orates que fingen tener hambre
mientras los faroles enferman y la piel roza innombrables cabellos
y no hay certezas, sino el útero celeste que sueña
encender en la nostalgia un horizonte
ausente de alas, de agua purificada por tus ojos.

Voy dormido
mientras caigo infinitamente al difuso barranco
que desgarra las horas y los eternos labios de la brisa
adormeciendo mi carne matinal
que se entrega a tu susurro por un mágico instante
que olvidarás cuando alguien te nombre
y estallen todas las luces
evocando otra vez un cuerpo poseído.



EL OTOÑO SIGUE SU ESTRUENDO INTERMINABLE


Parques sin testigos, sueños sumergidos en el barro,
los niños comen pasto y extravío, suenan relojes en sus vientres,
la oquedad que destrona ventanas incendiadas,
luminosas rejas de lo eterno.
Atardece y llega a ti
un doloroso contorno como lágrima esquiva y oculta.
Es el sol humeante y las hojas pudriendo los nombres;
las escuetas canciones que han asesinado a las palomas.
Los niños han enterrado sus pálidos corazones
en un jardín de espinos.
Se miran a los ojos
expían sus flagelados rostros,
en sus manos
solo quedan los tácitos recuerdos de haber vencido a las palomas
pero nunca, nunca,
haber podido volar como ellas.



CERTEZA DE LOS MUERTOS


Árboles torcidos por voces serenas
estanques que el viento remeda en sus espejos,
finge mi piel y tu mano dolorosa ante el absoluto sol que todo lo devora
y acaso, simples manantiales cubren tristes cadáveres vencidos
por la espada que corta las heridas olvidando los naufragios.
Abierto y silencioso está mi vientre
esperando el furioso secuestro de tus cadenas, terminar este martirio
de anónimos gritos configurados en mis labios;
sauces crispando
su inútil sombra que camina desnuda y sin corona.
Teas encendidas, la ceremonia se acerca.
Velos destrozados por faunos vehementes que sonríen desde lejos,
bostezan los búhos como sabiendo mi derrota, vaticinan mi muerte
y este último beso entristecido detrás de las estrellas;
la sangre innombrable que quizás algún día
encontrarás manando de los ríos muy aprisa.