Yo me preguntaba entre dimes y diretes, la verdeara labor de la literatura mientras pensaba si era correcto hacer que la literatura sea un objeto mesiánico, es decir que sea un "algo" que nos de libertad. Me di cuenta rápidamente que sólo la locura existe. No entiendo aún por qué algunos mutantes cantuteños, parias solemnes de las más profundas decepciones y tristezas existenciales que poco a poco hacen de nuestra universidad (proletaria y combativa, clasista, bla,bla,bla) un ente de zombis vestidos con la careta de "estudiantes universitarios", sin darse realmente cuenta que muy cerca de "la calata" existen seres de apariencia extraña (por favor mirar la foto) que se dedican a la creación con un apasionamiento que sólo puede existir en las pesadillas de algún esquizofrénico que sufre de presión alta. Leí una vez que la literatura era la forma más chic de hacer nada. Era la nada la única droga posible para que el literato, ya sea escritor, poeta, taxista, crítico de cine, o vendedor de emoliente se de cuenta que la soledad inunda sus sentidos, su misma esencia que trata de escapar de lo inevitable. La muerte.
No escribimos para hacernos famosos. No creo en la idea de que el poeta o el escritor, deba ser alguien con fama y prestigio. Un modelo, un paradigma.
La verdadera valoración del genio (esto lo copio de los estructuralistas) está en la obra en sí, más allá de las actitudes, personalidades, vicios y demás de sus autores. La autoría en sí es un simple membrete que lleva una obra. El escritor se desprende de algo de su vida (su creación) para entregarnos un producto (la obra), y pues al contemplar la grandeza de algunas obras más que otras, no notamos más que una concertación estilística y estética de ciertas apreciaciones artísticas que pueden variar con el tiempo, muchas de ellas indudablemente trascendentes.
Pero volviendo a lo antes mencionado ¿por qué escribir? Pues la respuesta es muy fácil, y está en relación a las preguntas ¿por qué comer? O ¿por qué respirar?. El acto de escribir pues entre las llamas y el frío gélido de los sentimientos más brutales, es y será siempre un suicidio estructurado, un sueño de pronta inutilidad, la verdad que muy pocos aceptan, entienden, viven.
No escribimos para hacernos famosos. No creo en la idea de que el poeta o el escritor, deba ser alguien con fama y prestigio. Un modelo, un paradigma.
La verdadera valoración del genio (esto lo copio de los estructuralistas) está en la obra en sí, más allá de las actitudes, personalidades, vicios y demás de sus autores. La autoría en sí es un simple membrete que lleva una obra. El escritor se desprende de algo de su vida (su creación) para entregarnos un producto (la obra), y pues al contemplar la grandeza de algunas obras más que otras, no notamos más que una concertación estilística y estética de ciertas apreciaciones artísticas que pueden variar con el tiempo, muchas de ellas indudablemente trascendentes.
Pero volviendo a lo antes mencionado ¿por qué escribir? Pues la respuesta es muy fácil, y está en relación a las preguntas ¿por qué comer? O ¿por qué respirar?. El acto de escribir pues entre las llamas y el frío gélido de los sentimientos más brutales, es y será siempre un suicidio estructurado, un sueño de pronta inutilidad, la verdad que muy pocos aceptan, entienden, viven.
3 comentarios:
"para el pueblo falto de hambre, siempre seremos el manjar no probado". saludos. Lucía Solís
bueno no lei lo anterior , pero queria expresar lo siguiente:a la pagina,,,
si la letra esta en llamas ,
no le echen agua , avivenla ,hasta
q se vea el humo,
hay algunas palabras q sobran:
xq decir lonchafinismo y se puede decir lucha, contra todo , contra todos , contra ti mismo.
"Un suicidio estructurado"
Muy bueno. Gracias por estar
Saludos
Arbolengo
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